El dolor impacta de forma negativa en la supervivencia del paciente oncológico

Se estima que en el mundo más de 10 millones de personas son diagnosticadas de algún tipo de cáncer cada año, y que al menos un tercio de los adultos que reciben tratamiento activo contra el cáncer (20-50%) y dos tercios de los que padecen una enfermedad maligna avanzada (80%) experimentan dolor. Las consecuencias del dolor oncológico pueden llegar a ser devastadoras tanto física como emocionalmente para los pacientes y un motivo de preocupación para estos y su entorno.

En el marco del Curso de Verano San Lorenzo de El Escorial «Abordaje del dolor oncológico: el alivio es posible», organizado por la Universidad Complutense de Madrid y la Sociedad Española del Dolor (SED), y que cuenta con el patrocinio de Medtronic -compañía líder en tecnología, servicios y soluciones médicas-, agentes implicados en el abordaje del dolor oncológico: investigadores, políticos y gestores, médicos de Unidades del dolor, pacientes y familiares se han reunido con el objetivo de fomentar una mayor comprensión del dolor severo.

La Dra. Luz Cánovas, directora del curso y jefa de la sección de la Unidad del Dolor del CHU Ourense, subraya que el dolor del paciente oncológico puede deberse a la extensión del tumor, las cirugías y al propio tratamiento, por ejemplo, a la quimioterapia y la radioterapia. En este sentido, recuerda que la sintomatología puede incluir «deterioro funcional, inmovilidad, aislamiento social y angustia emocional», y por ello insiste en que «un enfoque terapéutico personalizado es de capital importancia en el dolor de los supervivientes del cáncer».

Circuitos multidisciplinares

Expertos señalan que el «alivio» frente al dolor es «posible» creando circuitos multidisciplinares e interdisciplinares de derivación y atención preferente que faciliten una atención integral «basada no solo en el alivio del dolor físico sino también en el psíquico, incluyendo también a la familia y haciéndolos parte activa en la toma de decisiones sobre el tratamiento». La existencia de nuevas moléculas y dianas terapéuticas, así como de dispositivos «cada vez más avanzados nos van a permitir aliviar incluso los cuadros de dolor más severos de forma más eficaz y con menos efectos indeseables», insiste Cánovas.

Familiares de pacientes oncológicos, como Sonia García, han participado de este encuentro y han recordado que «da igual de qué patología hablemos, al final el nexo que las une es el dolor». En este sentido, ha hecho hincapié en que durante el periodo que hizo frente su hermana a un cáncer de cérvix haber accedido de forma temprana a una Unidad del Dolor, así como a especialistas y psicólogos, fue «fundamental». De lo contrario, remarca, «nos hubiéramos sentido desamparados».

Asimismo, Sonia insiste en que «pese a que no todos los hospitales disponen de estas Unidades, el acceso a una atención multidisciplinar no puede depender de tu código postal, área geográfica o buena fe del médico, todavía hay muchas cosas que mejorar».

A lo largo de los últimos años, Medtronic en su compromiso con los pacientes ha puesto a disposición de pacientes y de los profesionales sanitarios alternativas encaminadas a paliar el dolor, desde terapias a variedad de dispositivos que pretenden abrir paso a un camino «esperanzador» en el abordaje del dolor.

«Desde Medtronic continuamos trabajando para facilitar el acceso de los pacientes a nuevos dispositivos y terapias que repercutan positivamente en la calidad de vida de las personas que conviven no solo con el dolor oncológico sino, también, con el dolor crónico», Jaime Basanta, director del Departamento de Neuromodulación de Medtronic.

La directora del curso, la Dra. Cánovas, ha remarcado que el dolor que no se trata «puede llevar al cese de terapias potencialmente curativas» lo que podría suponer un «impacto negativo» en la supervivencia. Desde su experiencia, la médico asegura que los pacientes con cáncer «expresan más miedo a morir con dolor, es decir al sufrimiento». Una realidad que «también transitan familiares y amigos al presenciar las dolencias y la angustia que experimenta el ser querido». En este sentido, insiste en que «la investigación es fundamental en todos los campos de la vida y en especial en el tratamiento del dolor».